En ocasiones, este malestar es originado por un hecho en concreto (la muerte de un ser querido, la pérdida de un trabajo, una ruptura de pareja…) y en otras ocasiones, se desconoce que es lo que lo provoca. Quizás no se le da importancia y se cree que con el tiempo acabará desapareciendo, pero cuando éste pasa y el problema persiste, la persona puede plantearse dos cuestiones: